Todas la recetas están indicadas para 4 personas, si alguna cambia, se pondrá en la misma. Cada receta es de su respectivo autor y dueño..... No todas.

06 febrero 2012

Alimentos

EL YOGUR.

Es barato, ligero y una gran defensa. Sus propiedades nutritivas son bien conocidas desde hace tiempo. Se puede elaborar con leche de vaca, de cabra y oveja. Un yogur natural, sin azúcar, aporta 63 calorías. Los desnatados tienen la mitad de calorías. Los yogures de frutas aumentan su valor calórico.
Hay yogures muy sofisticados en el mercado que incorporan cereales, mermeladas, ciruelas y otras sustancias que refuerzan el aparato digestivo. Es especialmente indicado para las dietas de adelgazamiento o cuando se toman antibióticos . Entre sus cosas buenas está sin duda el precio, que es muy asequible.

EL MELÓN.

Aun con dudas sobre su origen, lo cierto es que el melón se ha cultivado desde muy antiguo. Es fruta de verano. Ya aparece junto a otras frutas en el cuerno de la abundancia encontrado en Alejandría, del primer siglo después de Cristo. También se han hallado algunas pinturas murales en tumbas egipcias en las que se demuestra que se cultivaban en tiempos de los últimos faraones. Los romanos también sembraban y comían melones, que entonces eran pequeños. No hay que extrañarse por tanto al leer que el emperador Claudio Albino se tomaba diez para desayunar. Los Omeya cultivaron melones en diversas regiones españolas durante la Edad Media. Así, Alfonso Chirino, físico del rey Juan II de Castilla, que escribió en 1506 El menor daño de la medicina, cita en sus páginas al melón. Aconseja comerlo como postre en el almuerzo y recomienda utilizar sus semillas para curar afecciones pectorales y el mal de piedra. Desde el punto de vista gastronómico, el melón ha sido utilizado para apagar la sed en zonas áridas, lo que hizo famosos a los de Villaconejos, Añover de Tajo y Titulcia, donde se producen unos frutos voluminosos y muy sabrosos.

EL PEREJIL.

Es un espasmolítico. Debido a sus efectos diuréticos, se recomienda en el tratamiento de los cálculos renales, retención urinaria, reumatismo y obesidad. Entre otra muchas propiedades, también es antiflatulento.
Por vía externa se recomienda en aplicaciones de hojas frescas machacadas en caso de picaduras de insectos. Su aceite esencial es bastante tóxico, por lo que se debe utilizar con gran prudencia.

EL GARBANZO.

No se sabe a ciencia cierta de que país proviene, pero se cultiva desde muy antiguo en la Península Ibérica. Suelen sembrarse en marzo y se cogen de mayo en adelante. Con ellos se hacen cocidos y potajes diversos, pero también, se comen tostados con un poquito de sal. El caldo de garbanzos tiene fama de diurético. Esta legumbre da mucho mantenimiento y en España goza de gran reputación.

EL CACAHUETE.

En tierra buena llega a desarrollarse hasta tres palmos de altura. Las flores de esta hierba anual son pequeñas y amarillentas. Florece y fructifica en verano. En España se cría y cultiva principalmente en las costas mediterráneas. Al parecer, esta planta es originaria del sur de Brasil, pero su cultivo se extiende por gran parte de América (el "maní"). Actualmente abarca casi todos los países intertropicales no desérticos. Las semillas del cacahuete constituyen un alimento de primer orden, rico en proteínas, vitaminas y grasas. Generalmente se toman las semillas de los frutos tostados. Es un alimento dietético.

LA PATATA.
La patata llegó de los Andes peruanos y bolivianos, en las regiones de Cuzco y del lago Titicaca. Alli se cultiva desde hace más de 2.000 años y fue uno de los principales alimentos de aquellos pueblos antes de la conquista. En el siglo XVI los soldados españoles la trajeron a Europa, donde se desconocía por completo su existencia. Comenzó a cultivarse en Galicia, para extenderse posteriormente al resto de España, Francia, Alemania e Inglaterra. Su introducción fue una tarea costosa porque la mayoría de la población la rechazaba como alimento; tal vez porque no aparece nombrada en la Biblia y la superstición popular la consideraba inadecuada para el consumo humano.
Si una persona se alimentara únicamente de patatas obtendría toda la vitamina B2 que necesita en su organismo, mucho hierro, tiamina, niacina y diez veces más de la vitamina C que requiere. Además aporta proteínas de gran valor, glúcidos (sobre todo almidón), mucho potasio, minerales, fibra y apenas 80 calorías por cada 100 gramos.

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